El calentamiento global está dejando cicatrices cada vez más patentes en las regiones del permafrost del mundo, según un estudio realizado por la Red Internacional de Permafrost GTN-P en todas las regiones del mundo con suelos de permafrost.
Dado el creciente aumento de la temperatura en el Ártico, está en peligro el permafrost (la superficie permanente congelada del hemisferio Norte).
Se detectó que las “temperaturas de la región se incrementaron al doble del promedio mundial”.
Como consecuencia de esta situación, “los microorganismos descomponen materia orgánica del suelo y liberan, así, gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso), los cuales son altamente perjudiciales para el medio ambiente.
Desde la comunidad científica, existe preocupación al respecto. Se recomienda reforzar los controles en esta zona y generar “reformulación de las políticas ambientales”, conjuntamente con tratar de limitar las emisiones humanas, para así, evitar las consecuencias más peligrosas del calentamiento global.
Si bien el campo de acción es cada vez más estrecho, aun se pueden hacer cambios para “salvar el Ártico, y junto con el, el clima de la Tierra.”
Debemos señalar asimimso el impacto en la produccion de alimentos que este cambio genera, tanto por el aumento de la temperatura, el enrrarecimiento del aire, la perdida de oxigeno y los microorganismos que comenzaran a vivir entre nosotros.